La Formación Integral sirve, entonces, para orientar procesos que busquen lograr,
fundamentalmente, la realización plena del hombre y de la mujer, desde lo que a cada uno de ellos les corresponde y es propio de su vocación personal. También, contribuye
al mejoramiento de la calidad de vida del entorno social, puesto que ningún ser humano
se forma para sí mismo y para mejorar él mismo, sino que lo hace en un contexto sociocultural
determinado con el objeto igualmente de mejorarlo.